Cómo lubricar una puerta de garaje



Una puerta de garaje mal mantenida puede volverse ruidosa y rechinante. Es importante tener en cuenta que una puerta de garaje que suena mucho es un indicio de que no está suficientemente engrasada, lo que puede llevar a un daño más serio en el futuro. Afortunadamente, con un mantenimiento y lubricación adecuados puedes prevenir el ruido y extender la vida útil de tu puerta de garaje


1 Cierra la puerta de garaje. Usa el control remoto o cierra la puerta manualmente. Esto te permitirá tener acceso a las guías y al resto de partes móviles de la puerta.

 

 


2 Corta la energía de la puerta. Antes de lubricar la puerta asegúrate de que no esté encendida. Desconecta la puerta de garaje de la fuente de energía eléctrica después de cerrarla.[2]

  • Si el enchufe del abridor de la puerta es difícil de alcanzar o tiene muchos cables, apaga el interruptor que lo controla en la caja de circuitos eléctricos.

3 Limpia las guías con un trapo húmedo. Las guías son las piezas dentro de las cuales se mueven los rodillos de la puerta para abrirla y cerrarla. No debes lubricar las guías, pero sí debes asegúrate de que estén completamente limpias para que la puerta funcione correctamente. Limpia el interior de ambas guías y retira cualquier suciedad y residuos.[3]

  • Asegúrate de que no queden residuos en las guías donde los rodillos puedan atascarse.
  • Usa un limpiador automotriz de frenos para aflojar y quitar la suciedad.

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Aspira la suciedad y el polvo de las guías. Si tienes problemas para sacar la suciedad de las guías, usa una aspiradora con una extensión de manguera para succionar el polvo y los residuos. Esta es una buena solución para llegar a la mayoría de porciones de las guías que te sean difíciles de alcanzar.